La Norma Europea EN 16686:2015 sobre “Prestación de asistencia sanitaria en osteopatía” especifica los requisitos y recomendaciones para la prestación de asistencia sanitaria, la dotación de instalaciones y equipos, la formación, y el marco ético para la buena práctica de la osteopatía.

En dicha Norma se establece que “la osteopatiía es una disciplina sanitaria de primera intención y centrada en el paciente; que destaca la interrelación de estructura y funcioón del cuerpo, facilita la capacidad innata del cuerpo para curarse a si mismo, y propugna un enfoque integral de la persona respecto a todos los aspectos de la salud y el desarrollo saludable, mediante la práctica del tratamiento manual. A los pacientes que optan por un tratamiento osteopático, tiene que garantizárseles la calidad y el estándar de cuidado sanitario que recibirán”.

En la descripción de la osteopatía se especifica que “la práctica de la osteopatía utiliza el conocimiento osteopático, médico y científico para aplicar los principios de la osteopatía al diagnóstico y tratamiento del paciente”, también que “el rigor científico y la praáctica basada en la evidencia” son una parte importante de la misma. Ademaás, define la osteopatía como “una disciplina independiente de asistencia sanitaria” y que “se basa en los principios extraiídos de la fisiología, anatomía y embriología humanas y de otras ciencias biomédicas”.

La práctica y la formación osteopática en España

Tal y como recoge la citada Norma Europea 16686:2015, “el objetivo de la osteopatía es mejorar y apoyar todos los aspectos de la salud y el desarrollo saludable. El tratamiento osteopático puede ser preventivo, curativo, paliativo o adyuvante. Los osteópatas analizan y evalúan la integridad estructural y funcional del cuerpo mediante el razonamiento crítico de los principios osteopáticos para informar el diagnóstico y el tratamiento individual del paciente.

Estos principios son:

• El ser humano es una unidad funcional dinámica, cuyo estado de salud está influido por el cuerpo, la mente y el espíritu; si se cambia una parte del sistema, el equilibrio de todo el patrón se verá afectado;
• El cuerpo posee mecanismos de autorregulación y es naturalmente autocurativo; el ser humano siempre trata de recuperar su propio equilibrio dinámico y establecer la homeostasis.
• Estructura y función están interrelacionadas en todos los niveles del ser humano.”

Existen dos tipos de formaciones recogidas en la Norma Europea sobre “Prestación de asistencia sanitaria en Osteopatía”:

1. Programas Tipo I: dirigidos a aquéllos con poca o ninguna formación previa en atención sanitaria, pero que han completados su enseñanza secundaria a equivalente

2. Programas Tipo II: dirigidos a aquéllos con formación previa como profesionales de la atención sanitaria.

En su documento “Regulation of the Osteopathic Profession in Europe – an Overview” (1st Edition OCTOBER 2021), la EFFO:

• Reconoce la importancia de mantener y desarrollar altos estándares para la educación osteopática, como se describe en los programas CEN Tipo I y Tipo II.
• Establece que los programas de educación deben cumplir con los requisitos nacionales para las calificaciones reconocidas, cuando corresponda. La prueba de calificación debe indicar el nivel de educación, preferiblemente en formato de títulos universitarios basados en un nivel definido de ECTS o equivalente. La prueba de la cualificación debe estar respaldada por una transcripción de registros o similar, que describa el contenido y la cantidad de formación, preferiblemente indicando el número de ECTS.
• Requiere que los centros formativos se sometan periódicamente a una auditoría externa, sobre los requisitos descritos por el CEN y/o los requisitos nacionales para las cualificaciones reconocidas. Los centros de formación que aún no hayan sido acreditados por un auditor reconocido a nivel nacional, deben buscar activamente la acreditación por parte de un órgano de gobierno nacional relevante como institución de enseñanza superior.

Esto se aplica a las entidades de formación que imparten programas educativos tanto de Tipo I como de Tipo II.

Actualmente en España no existen formaciones de Osteopatía con un programa Tipo I que cumplan con los criterios establecidos por la Norma Europea y que hayan sido certificados por un organismo independiente al cumplimiento de la misma dada la falta de regulación en nuestro país.

La EFFO urge a todos los gobiernos de Europa a que reconozcan y regulen la osteopatía como una profesión sanitaria, independiente y de primera intención.

¿Qué es el tratamiento osteopático?

Teniendo en cuenta la relación entre todos los sistemas del organismo en el enfoque de su tratamiento.

Según el documento “WHO Benchmarks for Training in Osteopathy” publicado por la OMS en 2010: “La osteopatía (también llamada medicina osteopática) se basa en el contacto manual para el diagnóstico y el tratamiento. Respeta la relación de cuerpo, mente y espíritu en salud y enfermedad; pone énfasis en la integridad estructural y funcional del cuerpo y en la tendencia intrínseca del cuerpo a la autocuración. Los practicantes de la osteopatía utilizan una amplia variedad de técnicas manuales terapéuticas para mejorar la función fisiológica y / o apoyar la homeostasis que haya sido alterada por la disfunción somática (estructura corporal), es decir, las alteraciones de la función de los componentes relacionados del sistema somático; las estructuras esquelética, artrodiales y miofasciales; y sus elementos vasculares, linfáticos y neurales asociados”.

El osteópata entiende la pérdida de salud del paciente como la incapacidad del cuerpo para restablecer su equilibrio para la propia regulación, valorando los signos y síntomas que presenta teniendo en cuenta la interacción de múltiples factores, tanto físicos como no físicos.

La práctica osteopática pone al servicio del tratamiento del paciente los conocimientos sobre la relación entre estructura y función para favorecer un equilibrio que permita al organismo reequilibrarse y de este modo restablecer la salud.

El tratamiento osteopático comienza con un diagnóstico de exclusión, en el cual se descartan patologías que pudieran presentar síntomas similares, a fin de asegurar que el paciente no requiere ser derivado y que el tratamiento osteopático está indicado. A continuación, se realiza un diagnóstico osteopático, evaluando movilidad, calidad, metabolismo y cualquier otro signo que pueda dar información de cual es el abordaje más correcto para ofrecer un tratamiento efectivo y de calidad.

Será función del osteópata reevaluar la efectividad del tratamiento y hacer el seguimiento del paciente.

Breve historia de la Osteopatía

La osteopatía es una disciplina sanitaria de primera intención y centrada en el paciente. La profesión fue fundada por el Dr. Andrew Taylor Still, un médico y cirujano estadounidense, a fines del siglo XIX, y fue traída a Europa por uno de sus estudiantes, John Martin Littlejohn, a principios del siglo XX. John Martin Littlejohn fundó una de las universidades osteopáticas líderes en Europa en la actualidad, la University College of Osteopathy (UCO), fundada en 1915 (anteriormente British School of Osteopathy).

Según la norma CEN, la osteopatía se puede describir como: ”La práctica de la osteopatía utiliza conocimientos osteopáticos, médicos y científicos para aplicar los principios de la osteopatía al diagnóstico y tratamiento de los pacientes. El objetivo de la osteopatía es mejorar y apoyar todos los aspectos de la salud y el desarrollo saludable. El tratamiento osteopático puede ser preventivo, curativo, paliativo o adyuvante. Los osteópatas analizan y evalúan la integridad estructural y funcional del cuerpo utilizando el razonamiento crítico de los principios osteopáticos para informar el diagnóstico y el tratamiento individual del paciente”.

Regulación de la Osteopatía en Europa

Según el documento publicado por la EFFO “Regulation of the Osteopathic Profession in Europe” en Octubre de 2021, hasta entonces en Europa 11 países habían logrado la regulación de la profesión osteopática. Esos países eran: Chipre, Dinamarca, Finlandia, Francia, Islandia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Portugal, Suiza y Reino Unido. Pocos meses después, a estos países se han sumado Italia y Noruega.

El reconocimiento legal de los osteópatas comenzó en Europa en 1993 con la Ley “Osteopath’s Act” en el Reino Unido. Cinco años más tarde, fue fundado el General Osteopathic Council (GOsC) como organismo regulador.

Los osteópatas en el Reino Unido son profesionales independientes, sanitarios y de primera intención. Al graduarse, con un nivel académico de Licenciatura o Máster, tienen entre sus competencias la derivación de pacientes a otras profesiones sanitarias según corresponda para cada paciente, y tienen un registro de incidentes adversos que es significativamente mejor que el promedio en el National Health Service (NHS). Los osteópatas en el Reino Unido ahora son reconocidos por el NHS como Allied Health Professionals y juegan un rol importante para aliviar la inmensa presión a la que se ve sometido el sistema nacional de salud. Desde entonces, otros países europeos han seguido el ejemplo del Reino Unido en el reconocimiento y desarrollo de la regulación de la Osteopatía, tal y como hemos enumerado previamente.

Como ejemplo reciente, los osteópatas en Dinamarca han sido reconocidos como una profesión sanitaria de primera intención en la legislación aprobada en mayo de 2018, por voto unánime en el Parlamento danés. El proceso de regulación en Dinamarca tomó como referencia el Benchmark for Training in Osteopathy de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2010, y el estándar del Comité Européen de Normalization (CEN) para la práctica y la formación osteopática, publicado en 2015. Estos dos documentos de referencia fueron de gran ayuda para el gobierno danés en sus determinaciones, y para la Autoridad de Seguridad del Paciente, donde sirvieron como referencia para el nivel básico de educación y como marco general de cualificación para la profesión osteopática. Ambos estándares se utilizan como estándares de referencia por parte de los miembros de EFFO y muchos de los proveedores de educación osteopática en toda Europa.

Actualmente España carece de una regulación específica para la práctica de la Osteopatía. Este hecho favorece la confluencia de circunstancias potencialmente perjudiciales tanto para el paciente como para los profesionales que ejercen bajo los criterios establecidos por la EFFO y por la Norma Europea:

• La proliferación de profesionales con bajo nivel formativo y la dificultad para reconocerlos desde el desconocimiento de la población general supone una clara situación de inseguridad e indefensión para el paciente.
• Aquellos profesionales formados en países en los cuales la Osteopatía está regulada no son reconocidos en España como profesionales sanitarios y no se ven amparados por las garantías que el Estado prevee para estos últimos.
• Aquellos osteópatas formados debidamente en España tienen dificultad para homologar su titulación en otros países de la Unión Europea dada la falta de regulación en su propio país de origen.
• La no diferenciación entre la osteopatía y otras profesiones sanitarias reguladas en España perjudica el ejercicio de las mismas y produce confusión entre los pacientes. La práctica clínica de diferentes disciplinas es manifiestamente diferente en su ejecución y este hecho debería verse también reflejado en su ejecución y en las expectativas del paciente al acudir a un profesional sanitario.